viernes, 29 de agosto de 2014

Vida Y Salud: Expansión y Evolución II.Por Greangui Benítez

Saludos amigos, en el capitulo anterior hablamos un poco sobre quienes somos, que somos y que vinimos hacer a este mundo, ciertamente todos somos parte de la experiencia de vida de todos, esto, claro está, si lo permitimos y creamos desde nuestro interior;  también habíamos adelantado que en este capítulo hablaríamos un poco sobre tres roles fundamentales que coexisten con nosotros y que de alguna manera estamos inmersos en ello, tales como: ser la víctima, el victimario o el salvador.

Ante las diferentes situaciones que se presentan en nuestra vida, existen tres formas de reaccionar, que por naturaleza humana, nos empeñamos en actuar. Rol de víctima, victimario y salvador". 

Tanto en las áreas familiar, (padres, hijos, pareja etc), social, personal, laboral y/o profesional. Este triangulo de roles o papeles es transformable con tendencia a mutar cuando se es víctima, se convierte en algún momento en victimario, y más tarde según las circunstancias en salvador, o viceversa no guarda ni mantiene un orden especifico, lo verdaderamente importante a resaltar de la triada es que caemos en un círculo vicioso que aparenta no tener salida y nos estanca en dramas permanentes que se manifiestan una y otra vez en nuestra existencia. Definamos a cada rol. Comencemos por el de la Victima, es cuando todo lo que nos ocurre es culpa de los demás, siempre intentamos dar lastima y por lo general sale a flote la expresión pobrecito yo, porque a mí, siempre me ocurre esto o aquello, El papel de víctima es sin duda el más común de los tres y le entrega a otros las decisiones de su vida y con ello tener siempre a quien seguir culpando, este estado crea una poderosa adicción, que es fomentada por las otras personas que están en nuestro entorno. “Pobretear” a alguien, es de las actitudes que tienden a perpetuar ese estado de victimización. Fácilmente olvidamos el enorme poder que tienen nuestros decretos hablados.

El papel de verdugo o rol del victimario, es el resultado natural del anterior. Generalmente los verdugos surgen a consecuencia de las víctimas, no al revés. A diferencia de la anterior postura, el verdugo casi nunca es consciente de que lo es y cree estar actuando acorde a las circunstancias. La víctima crea al verdugo, al otorgarle poder sobre sí mismo, sea real o voluntario. Un caso de verdugo real, sería un jefe abusivo y sobre-exigente. Un voluntario podría ser la pareja.

El rol del salvador, es la persona que busca como su nombre lo indica salvar a la víctima, esto nos trae varias cosas, en primer lugar no permite que la persona que está viviendo desde el rol de la víctima, no se pueda defender, en segundo lugar y consecuencia del primero reafirma este rol en el individuo y este a su vez reafirma el del victimario y hace que este círculo viciosos siga fluyendo, dicho de otra manera, Los rescatadores o salvadores se convierten en víctimas cuando no reciben el cuidado que esperan, o cuando las víctimas rechazan sus cuidados, y se convierten en persecutores, por ejemplo, negando los cuidados que solían dar. Inconscientemente, un salvador tiene miedo a quedarse solo, y por tanto aceptan una relación de codependencia. De hecho, necesitan de una víctima que les necesite para sentirse valiosos. Sin embargo, esto crea una espiral descendente: la víctima siente que no puede hacerse responsable, y el rescatador lo confirma al rescatarlo, lo cual hace que la víctima no se haga responsable de sus actos y necesite de ser rescatado.

Vivir en el triángulo hace nuestra vida dolorosa; dado que no tomamos responsabilidad sobre nuestra ella y nuestros actos (aún el rescatador, que se hace cargo de otros, niega hacerse cargo de sí mismo), vivimos reaccionando a lo que nos pasa, o a cómo otros nos tratan y lentamente vamos olvidando que somos seres creadores y que podemos ser espléndidamente felices liberándonos de esta peligrosa triada.
En última instancia, somos responsables de nuestra propia existencia y mientras más tardemos en comprenderlo, más tardaremos en tomar las riendas de nuestra vida. Siempre procuremos rodearnos de personas que comprendan que somos responsables de nuestras circunstancias y que nos permitan tratarlas del mismo modo.

En lugar de ser la víctima, el verdugo o el salvador, ¿por qué mejor no convertirnos en los arquitectos de nuestro propio destino?" Asumamos responsablemente nuestra vida, un papel o rol que verdaderamente nos potencializa, nos permite salir de nuestras propias limitaciones y tener una visión flexible y abierta frente a las circunstancias, con total aceptación pero con gran intención de cambio, recuerda siempre si yo lo cree, también lo puedo cambiar y esto solo se da cuando asumimos 100% la responsabilidad de nuestra vida!.

     Hasta un nuevo encuentro se despide de ustedes siempre deseando y enviándoles infinitas Bendiciones, Greangui Benítez. Hari Om Tat Sat

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