Detrás de la supuesta y aparente calma
que observamos en los estantes, vidrieras, mesas de plástico, toldos, aceras,
plataformas de camiones y hasta maleteras de carros donde se colocan y se
exhiben las mercancías para su venta, existe todo un mundo de contradicciones
sociales que se desarrollan diariamente condicionando y perjudicando la propia existencia de la fuerza
productiva y el talento humano de los
trabajadores.
Grandes mercados y mega corporaciones
transnacionales, gran nacionales, cooperativas y los nuevos en el mercado
“empresarios informales” antes llamados buhoneros están y siguen centralizando
áreas de influencia industrial y comercial, concentrando gigantescas masas de
capitales.
Aprovechándose de contingentes de seres
humanos y ganando desde 5 hasta 8 veces más del costo real de los bienes y
servicios, los desposeídos que se trasladan masivamente hacia las ciudades
iconos del capitalismo son los primeros utilizados por estas nuevas y viejas
mafias para supuestamente obtener nuevas condiciones de vida, agudizando las
contradicciones entre los países pobres y países ricos o como decíamos antes
los de arriba y los de abajo.
Desplazamiento masivo de los trabajadores
del sector industrial hacia el sector informal (buhonería o empresarios
independientes), pura mentira siendo estos más dependientes de las mafias de
todo tipo de mercancía y estableciendo así los grandes cinturones de miseria de
los países del tercer mundo. Punta de lanza de los imperios capitalistas para apropiarse de las fuentes energéticas (petróleo). El
origen de estos múltiples y variados conflictos lo constituye la esclavitud
asalariada, al asumir el capitalismo al ser humano como una mercancía que se
compra y se vende en los mercados laborales, reproduciendo diariamente este mar
de contradicciones expresados en diferencia de clases sociales.
Hoy en Sudamérica y el Caribe, las condiciones
están dadas para seguir la ruta del socialismo del siglo XXI. Por lo tanto
nosotros los trabajadores y los millones de excluidos, son el objeto y sujeto
de la revolución. Los pueblos impulsan
ahora la verdadera democracia participativa y protagónica, más no la democracia
de los antiguos partidos políticos que solo lo llevan por nombre y no vale la
pena ni nombrarlos, nosotros nos hemos dado cuenta que solo el pueblo salva el
pueblo que es lo contrario a lo que está pasando que unos inescrupulosos se
valen de productos de primera necesidad y amedrentan al colectivo en general a
comprarlos más caros en condiciones que no son las optimas y de paso en la
calle sin pagar impuestos, servicios públicos, alquiler ,deposito condominio y
personal de trabajo. Poniendo contra la pared al pueblo, promoviendo la escasez
para ellos poder hacer negocio rentable en la calle dañando la economía de un
país impactando directa e indirectamente las empresas y los empresarios que
realmente producen bienes. Los gobiernos revolucionarios deben aplicar la
solidaridad, la justicia social, la equidad y la inclusión.
Nuestro planteamiento de la
“socialización de la mercancía” es un avance histórico en la ruta del
socialismo. El solo hecho de incluir en nuestra constitución bolivariana la
fuerza de trabajo como única fuente generadora de valor, e imponer a través de
la constitución y las leyes, el justo reparto del capital y la ganancia es un
paso gigantesco para las luchas sociales en nuestro continente y el mundo
teóricamente hablando muy bonito pero no se cumple ninguna de ellas.
Por tal motivo nosotros los trabajadores y
trabajadoras como fuerza productiva y fuente del valor agregado, tenemos que
estar cada día más unidos por nuestras empresas que es de todos, nuestra segunda casa donde
convivimos como hermanos los unos a los otros. Es muy importante reflexionar un
momento y preguntarse en este momento como se está construyendo el socialismo
dentro nuestra segunda casa, que poco a poco y a pasos de vencedores estamos y
seguiremos obteniendo beneficios tanto sociales como económicos, que antes con
“el capitalismo” no existía ni la esperanza de obtenerlos. Para culminar
trabajador unido, jamás será vencido, sintámonos orgullosos de ver nuestros
productos, elaborados con nuestras manos en los estantes y vidrieras de los
establecimientos donde se exhiben para nuestro pueblo y decir de corazón que
son “hechos en socialismo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario