China promulgó el domingo la ley que autoriza a las parejas
a tener dos hijos, después de más de tres décadas de control de la natalidad
que contuvo el crecimiento demográfico pero creó el problema del rápido
envejecimiento de la población.
La nueva legislación entrará oficialmente en vigor el 1 de
enero, indicó la agencia oficial Xinhua.
El Partido Comunista Chino (PCC) había anunciado en octubre
el fin de la política del hijo único, impuesta a fines de los años 70 para
contener la enorme natalidad estimulada por el fundador del régimen, Mao Zedong
(1949-1976).
Las autoridades consideran que esa política evitó 400
millones de nacimientos y constituye una de las claves del fuerte crecimiento
económico del país, que sigue siendo pese a todo el más poblado del mundo, con
unos 1.370 millones de habitantes.
El control de la natalidad fue menos estricto entre las
minorías étnicas y se fue flexibilizando en zonas rurales, donde las parejas
podían tener un segundo hijo si el primero era mujer.
Los funcionarios a cargo del control de la natalidad
autorizaban los nacimientos e imponían multas a quienes ignoraran las normas,
recurriendo en muchos a casos a controvertidas medidas como la esterilización
forzada y los abortos en meses avanzados de la gestación.
Los abortos selectivos y los infanticidios en una cultura
tradicional con fuerte predilección por los varones provocaron además un grave
desequilibrio demográfico: en 2014, se registraron 116 nacimientos de varones
por cada 100 mujeres (la relación en el conjunto de la población es de 105
hombres por cada 100 mujeres).
La política del hijo único también provocó un desequilibrio
de franjas etarias, con un proceso de envejecimiento de la población que
plantea enormes desafíos futuros.
En 2013, el gobierno autorizó a tener dos hijos a las
parejas si uno de sus miembros era hijo único. Pero la medida no hizo aumentar
la natalidad como se esperaba.
La nueva legislación permitirá además legalizar la situación
de millones de ciudadanos sin documentos oficiales, cobertura médica ni derecho
a la educación pública por ser hijos de padres que no respetaron la política
del hijo único.
Se calcula que unos 13 millones de chinos, cerca del 1% de
la población, no tiene un permiso de residencia en regla (el llamado
"hukou"), indispensable para el pleno reconocimiento de la
ciudadanía, el acceso a la escuela o la búsqueda de empleo.
La nueva ley pareció insuficiente a defensores de los
derechos humanos. Chen Guangcheng, uno de más célebres activistas chinos en el
exilio, pidió a las autoridades "abolir completamente" el control
gubernamental sobre los nacimientos.
ultimasnoticias.com
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