miércoles, 28 de enero de 2015

Vida Y Salud Sexual: Por Fernando Sevilla Si tu sexualidad no es tan buena, el sexo tantrico puede mejorar la relación con tu pareja

El Tantra es una antigua tradición hindú y se puede definir como un camino de sanación integral del ser humano, que abarca los aspectos físico, emocional, mental y espiritual. A través de la práctica tántrica accedemos a un nivel de conciencia más elevado, que aumenta nuestra sensibilidad y la capacidad de abrir el corazón para conectar con todo lo que nos rodea.

Una de las vías para acceder a este estado de conciencia es la sexualidad. Eso es lo que ha vuelto al Tantra tan popular en Occidente ya que, según esta filosofía, es posible hacer el amor toda la vida con la misma persona sin perder la atracción. La sexualidad tártrica convierte el erotismo en una puerta de acceso a emociones y percepciones profundas, y es un método que ayuda enormemente a crear un vínculo de profunda unión y amor entre la pareja.


Pero ¿qué es eso de hacer el amor de forma consciente? En primer lugar, digamos lo que no es. No se trata de hacerse con un ejemplar ilustrado del Kamasutra y comenzar a practicar todas las posturas. Eso puede ser muy divertido y excitante, pero no es ahí donde reside la esencia del Tantra.

Adaptando el lenguaje de esta filosofía a nuestra vida cotidiana, podríamos decir que se trata de no utilizar el sexo como vía de escape o desahogo, no caer en la rutina de hacerlo mecánicamente y no disociar el cuerpo de nuestro amante del conjunto de su ser.

La importancia del orgasmo femenino

Uno de los puntos clave del Tantra es la importancia de que la mujer disfrute del orgasmo y se sienta satisfecha con la relación íntima, ya que de este modo su energía sexual le aporta grandes beneficios a sí misma y a su pareja. Así, el placer de la mujer es fundamental para que la pareja sea cada vez más feliz y más cómplice. Si ella está satisfecha, la relación será mucho más placentera para los dos.

Por eso, las técnicas amatorias orientales ponen mucho énfasis en enseñar a los hombres a retrasar la eyaculación para que el sexo dure más. El Tao, que es otra tradición oriental, recomienda además que los hombres eyaculen el menor número de veces posible para que no se derrame la energía vital (el chi) que contiene el semen. Los tántricos no se fijan tanto en este punto, pero sí recomiendan no hacer el amor demasiado a menudo.

Pero no hay por qué asustarse ni tomar estas recomendaciones al pie de la letra. Lo fundamental es aprender a prolongar el placer masculino, y eso solo puede hacerse retrasando el orgasmo para que la mujer disfrute, ya que el placer femenino requiere más tiempo, más ternura y atención.

Cómo retrasar la eyaculación

Esto se consigue a través de ejercicios para ejercitar los músculos de la zona genital, técnicas de respiración para controlar el grado de excitación y un poco de entrenamiento. En los hombres, retrasar la eyaculación aumenta su capacidad de aguante y de disfrute, y también la intensidad de los orgasmos, que se vuelven más profundos porque dejan de limitarse a la zona genital para extenderse por todo el cuerpo. En cuanto a la mujer, disfruta mucho más con un hombre que se olvida de alcanzar un placer rápido y aprende a hacer el amor con más delicadeza, descubriendo el inmenso potencial de las caricias, la ternura y la intimidad.


El placer sexual es importante para las mujeres, pero a menudo en las relaciones íntimas se sienten frustradas porque ellos son mucho más básicos y rápidos. El sexo tántrico nos ayuda a hacer el amor de una forma más sensual, pausada e imaginativa, y refuerza la unión emocional entre la pareja. Eso es muy beneficioso porque hace que la mujer se sienta más satisfecha con la relación y desee practicar sexo más a menudo. En cuanto al hombre, si disfruta de una buena relación sexual con su compañera y aprende a vincularse a ella más profundamente, es menos probable que se sienta tentado de buscar aventuras fuera de la pareja.

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