Vamos a evaluar cómo nos hemos preparado
personalmente para la batalla que estamos dando por el mantenimiento de la
Revolución. Todas las condiciones personales deben estar a tono para confrontar
a los enemigos internos y externos de la República Bolivariana de Venezuela.
Hagamos un repaso corto y dinámico, usted al final hará su propio balance y
podrá saber el grado con el que la Revolución Bolivariana cuenta con usted y
con su capacidad política en una guerra económica que solo va a ser posible
ganar si el pueblo está dispuesto a mantenerse en Revolución.
¿Ha
dudado de una línea transmitida por el presidente Nicolás Maduro o por algún
dirigente nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela o del Gran Polo
Patriótico? ¿Le ha tocado escuchar un cuestionamiento a la Revolución donde
usted se siente sin argumentos para contestar? ¿Se ha quedado callado ante un
argumento interno en contra de la unidad absoluta que ha mostrado hasta ahora
la revolución? ¿Usted ha dejado de participar o convocar al pueblo a la batalla
porque siente que sus argumentos no van a ser escuchados? ¿Ha terminado
cuestionando el hecho de saber que “tenemos patria” ante una carencia material?
¿Se anima a utilizar un cupo de dólares para venderlo al precio paralelo y
considera esto como normal? ¿Se ha visto tentado a participar en la reventa de
productos para sacar ganancias y acomodar sus ingresos? ¿Ha buscado
desesperadamente una forma de satisfacer una necesidad material a costa del
gobierno y se cuestiona que otros puedan y usted no, llegando a fatigarle esta
situación?
Es
natural que la persona busque la satisfacción de sus necesidades personales, es
absolutamente natural y necesaria una casa, comida, ropa. Sin embargo, la
batalla contrarrevolucionaria está persiguiendo que la satisfacción de
necesidades sea absolutamente egoísta y anti solidaria. Hay que valorar
personalmente si hemos caído en uno de los supuestos de individualidad que
pretende introducir el capitalismo contra la revolución bolivariana.
La
división no es el producto de la construcción de facciones, esa es la consecuencia.
La división comienza cuando los cuadros de base y dirigentes cuestionan con
argumentos mezquinos y enemigos a la dirección de la revolución. El
imperialismo actúa en la mente para generar desconfianza en la dirigencia
nacional, con el objetivo que sus dirigentes y sus medios de comunicación
puedan infiltrar las filas del chavismo, derrotando moralmente a los cuadros e
impidiéndoles la defensa de los argumentos revolucionarios.
La
ridiculización de los logros revolucionarios y el desecho de la patria como un
valor fundamental de la nación es una necesidad del imperialismo en Venezuela,
la República Bolivariana es el resultado de una batalla contra el colonialismo,
desde Bolívar hasta Chávez y ahora Maduro al frente de la nación, es solo
posible que seamos República si la Patria está organizada y unida. Por lo tanto
la burla a “tenemos patria” no es un asunto negociable, por el contrario es un
cuestionamiento central al logro de la revolución chavista: que la patria valga
la pena para vivir, que la patria sea causa de vida de los hombres y mujeres
que vivimos en Venezuela.
Si la
realidad lo abruma y usted se ha tenido que quedar callado es porque la duda lo
está atacando de una manera voraz, quedarse sin argumentos para un político
significa que lo han desarmado y es un muerto en combate. Los argumentos para
defender la revolución son más grandes que la situación coyuntural en la que
pueda vivir el país, por lo tanto hay que vacunarse ante el virus de la duda y
el silencio, esas son las peores enfermedades que puede sufrir cualquier
revolucionario o revolucionaria.
La
tentación de “vender” los cupos de dólares y participar de esta manera en el
saqueo a la nación es una estrategia propia de la guerra no convencional, usted
termina convirtiéndose en el enemigo del gobierno que usted dice y cree
proteger. Es un enemigo muy peligroso, porque se ha puesto de acuerdo con el
enemigo sin ni siquiera haberse sentado a conversar. La utilidad que ha sacado
de un cupo de dólares o de especular con algún producto es el precio que usted
le ha puesto a sus argumentos y a las creencias en el proceso revolucionario.
Si participa de la especulación financiera y comercial, así sea por el estado
de necesidad, usted es una víctima y un victimario de la revolución, un cómplice
sin querer muchas veces. En esa complicidad es cuando usted pierde el
convencimiento y está seguro “que esto se lo llevo quien lo trajo” y se
concreta su neutralización, es imposible que usted pueda actuar con
convencimiento para defender o confiar en la dirigencia nacional.
El
imperialismo gana cuando usted cree justo colearse para tomar ventaja y
cuestiona que otro logre lo que usted no ha logrado aún. El deseo de estar con
la revolución bolivariana es más fuerte que las necesidades personales,
luchamos por un mundo distinto, merecemos un mundo distinto. Por eso no
esperamos nada a cambio, el sentido del individualismo no forma parte de las
aspiraciones de los cuadros y dirigentes revolucionarios, los militantes
revolucionarios aspiramos un país cada día mejor para nuestros hijos, nietos,
bisnietos, próximas generaciones. Hugo Chávez entrego lo único que necesita una
persona para luchar: su vida entera. Por esa condición es que el imperialismo
no lo perdona: Hugo Chávez no tenía precio, no era comprable su voluntad ni su
capacidad de amar a los demás; igual era Bolívar, no tenía precio, y su
capacidad de amar a los demás era más fuerte que cualquier necesidad, ni
siquiera la aspiración de tener familia lo frenó en su afán de darle libertad a
Nuestra América, igual es el presidente Maduro, no tiene ninguna aspiración
personal que lo ate a nada y su voluntad de lucha está por encima de cualquier
precio. Por eso no podemos esperar nada más que lo que pueda tener nuestro
pueblo, nuestra gente que está igual o más necesitada que alguno de los que
somos más activos en la revolución.
Segunda Parte: Los argumentos
¿Serán
justos los argumentos de la revolución bolivariana? ¿Hay cómo responderle a la
falta de productos en la calle? ¿Nuestro presidente Nicolás Maduro está
haciendo algo para enfrentar los ataques económicos al país? ¿Tengo una manera
de participar en la batalla productiva que está convocando el presidente? ¿Debo
desanimarme por la forma en la que estoy en este momento pasando una situación
económica particular? ¿Vale la pena seguir luchando?
La
oposición ha trabajado en el “desgaste de la revolución bolivariana” el
objetivo fundamental que se han trazado desde la enfermedad y la posterior
muerte del Comandante Hugo Chávez es en agotar las conquistas revolucionarias y
banalizar los logros políticos alcanzados en la cultura del país. Usted tiene
más argumentos para defender a la revolución que para sumarse a los
“desmotivados, desmovilizados o neutralizados” por la campaña del imperialismo.
En el
mundo el sistema capitalista ha botado a la calle, desde el 2008, más del 20%
de los trabajadores y trabajadoras que prestaban sus servicios para diferentes
empresas, principalmente las asociadas a los bancos que han entrado en una
crisis que aún no termina. El capitalismo en todo el mundo se ha quedado sin
argumentos y los pueblos están buscando un modelo para vivir en el que sea más
justa la distribución de la riqueza, la democracia sea más participativa y el
sentido solidario tenga mayor valor; el mundo está tratando de construir
modelos muy parecidos al de la revolución bolivariana. Es decir que el mundo le
da la razón al militante revolucionario en Venezuela, en España (destino por
excelencia de los escuálidos para emigrar) sacan de sus casas a la gente por los
créditos impagables de la banca mientras que en Venezuela el gobierno está
promoviendo la entrega de más y más viviendas dignas al pueblo.
La
oposición habla y construye su discurso político desde el desabastecimiento y
la especulación que ellos mismos provocan, la inflación en el país es el
producto de la voraz guerra de la oposición contra la revolución. El gobierno
revolucionario se dedica a ver como bajan los precios y a hacer peripecias para
mantener un flujo de productos que satisfagan la demanda nacional de alimentos
y otras necesidades de la población. La acción revolucionaria es abastecer, la
acción contrarrevolucionaria es desaparecer los productos, encarecerlos y
conspirar contra la nación con esas acciones. No es una comiquita, los
opositores saben que esa campaña promueve el individualismo y desgasta a la
población, deja sin moral a un pueblo que perdió al líder fundador de la
República Bolivariana y desmotiva a los militantes que no tienen mayores
explicaciones de la realidad ese es el propósito contrarrevolucionario.
Por
otro lado el presidente Nicolás Maduro ha aceptado públicamente que la batalla
económica también tiene ineficiencia del gobierno de la revolución y que la
forma de combatir esa ineficiencia es trabajando más y mejor para que las cosas
salgan bien. Aceptar que hemos cometido errores es un buen argumento para
defender la causa patriótica, los revolucionarios crecemos a medida que
evaluamos nuestro comportamiento en las tareas que nos tocan cumplir a diario.
Sin embargo debemos proteger, ante la ineficiencia, el argumento poderoso de
que “es la revolución la que trabaja para corregir, es la revolución la que
trabaja para el bienestar del pueblo venezolano”
El
presidente Nicolás Maduro Moros, no descansa mientras que la derecha anda de
vacaciones por el mundo gastando los presupuestos de las gobernaciones y
alcaldías a las que han llegado en viajes y viáticos por el extranjero. El
presidente Maduro sale del país a trabajar, nunca a vacacionar o a establecer
lazos conspirativos contra la nación, el busca alianzas para proteger la
economía nacional junto a países amigos como Rusia, China, Brasil y otros
tantos. Estados Unidos por su parte intenta bloquear a la nación para impedir
que las relaciones políticas ayuden a la recuperación de los precios del
petróleo. Esto significa que nuestro presidente solo tiene tiempo para trabajar
por el país, por eso es que los dirigentes y militantes políticos en los
espacios donde nos desenvolvemos debemos trabajar en su protección, en ver
todos los días como lo ayudamos a que su política salga bien y que sea
victoriosa en casa uno de los espacios que ocupamos para el trabajo y la
dirección del pueblo. Nicolás Maduro trabaja para el abastecimiento, la
estabilidad de los precios del petróleo, la recuperación de la producción
nacional, la satisfacción de las necesidades nacionales de alimentos, la
eliminación de las colas para comprar productos, la estabilidad de los puestos
de trabajo, el aumento del salario mínimo mensual, la oposición se dedica es a
fomentar el desabastecimiento, el aumento de los precios, la caída de la
producción nacional, la eliminación de las políticas económicas, la celebración
de la caída de los precios del petróleo.
Si
usted se desanima por la situación personal que está pasando ahorita, por tener
menos dinero que antes o porque no pueda conseguir un producto para comprarlo
debería reflexionar y cuestionarse quién es el que lo ha puesto en esa
situación. Es evidente, la derecha venezolana lo quiere a usted en contra del
gobierno, la derecha venezolana le ha provocado ese malestar porque son ellos
los que tienen en sus manos el aparato comercial del país. Su situación actual
no tiene porque desmotivarlo, muy por el contrario debe llenarlo de coraje para
derrotar al enemigo del país, a los que quieren ver a Venezuela de rodillas
ante Estados Unidos pidiendo real para después cobrarnos con todas las riquezas
naturales que tenemos y que ellos dominaron durante el tiempo que adecos,
copeyanos y derivados gobernaron Venezuela.
Los
motivos para luchar están hoy más vivos que antes, todos los días hay más
motivos para luchar. Que en el mundo los precios del barril del petróleo bajen
significa “que tenemos la oportunidad de oro para hacer una nación productiva”
como afirmó el presidente Maduro y siempre lo soñó el comandante Chávez. Es
decir el motivo para luchar es superar esta situación a favor de lo que usted
cree: en Chávez, en la Revolución, en Nicolás Maduro. El motivo para luchar es
el mismo por el que siempre nos ha motivado la revolución: queremos ser felices
y libres, eso se logra solo en revolución.
La
cuenta revolucionaria es larga en lo que hemos logrado durante los últimos 15
años, de todas maneras le recuerdo, para que no le pase desapercibido, algunas
de las cosas que hemos alcanzado hasta ahora: educación gratuita y universal
para todo el pueblo, salud gratuita y universal para todo el pueblo, trabajo en
el ámbito privado y público para un poco más del 93% de la población en edad de
trabajo, tres comidas diarias para más del 99% de la población (somos un país
que se considera sin hambre), hemos salido de la pobreza extrema de un 20% a un
6% (y el presidente Maduro implemento las “bases de misiones” para salir de ese
piso de pobreza pronto), somos el país con mayor cantidad de sistemas de
transporte público fundados en los últimos 10 años, somos un país con un índice
de analfabetismo considerado en 0, somos un país con una capacidad de consumo
de bienes y servicios por encima de nuestros vecinos, somos un país donde el
derecho de las mujeres a vivir en paz es una prioridad, somos un país donde la
“renta petrolera” (hoy en peligro por la guerra de EEUU contra el precio del
petróleo) se distribuye entre los más pobres y en proyectos de inversión
nacional, somos un país donde la población se organiza en consejos comunales
para solucionar sus problemas. Hay muchas cosas más para defender, pero salga
usted a la calle y vea cuantas cosas ha hecho la revolución en los lados donde
usted vive. El gobierno de la revolución no es un discurso bonito, es una
realidad hermosa.
Tercera Parte: El propósito
¿Es
verdad que tenemos riesgos de perder la revolución? ¿La revolución puede
perderse si el pueblo se desmotiva y no sale a votar por las parlamentarias?
¿Vale la pena votar por unos diputados revolucionarios para que estén en
Caracas levantando la mano? ¿Es posible ganar la batalla electoral de 2015 si
no se recupera el petróleo?
La
revolución bolivariana es un triunfo democrático, que se logra fortalecer
mientras que los votos son favorables a la revolución, eso lo sabe el
imperialismo, por eso es que desde la casa blanca se trabaja todos los días
para que no tengamos como pedir los votos del pueblo a favor de la causa
revolucionaria. La revolución, cada vez que vamos a un proceso electoral se
somete a una prueba de legitimidad con la nación, con el pueblo, por eso es que
cada vez que vamos a elecciones “nos jugamos la vida de la patria” como decía
el comandante Chávez, es decir que siempre que haya elecciones tenemos el
riesgo que los acaparadores y especuladores de la derecha se monten en el poder
y perdamos los triunfos de la revolución.
Si la
derecha se monta en el parlamento nacional y logra capitalizar ese poder, que
es la Asamblea Nacional, pueden someter al país a una inestabilidad jurídica y
constitucional que nos haga imposible que cualquier necesidad del pueblo sea
cubierta como lo hemos hecho hasta ahora. Veamos, si la derecha tiene mayoría
en la Asamblea Nacional y el presidente Nicolás Maduro necesita un crédito
adicional para pagar sueldos y salarios a los médicos o a los profesores, a las
madres elaboradoras de alimentos o las pensiones a los abuelitos y abuelitas,
la oposición negaría ese dinero y nos llevarían a mayores niveles de pobreza
entre la población menos favorecida.
La
derecha en la Asamblea Nacional puede negarse a aprobar dinero para la
construcción de viviendas de la misión vivienda Venezuela, podrían legislar en
contra del pueblo para privatizar PDVSA o para acabar con la estabilidad y la
inamovilidad laboral. Hay que recordar que lamentándolo mucho las ideas de la
derecha venezolana está muy asociada al pensamiento capitalista tradicional.
No
estaría en peligro la revolución solamente, esencialmente si la revolución
pierde la Asamblea Nacional estaría en peligro la estabilidad del país y el
equilibrio que hasta ahora hemos podido mantener para garantizar la paz de la
nación. Ese es el peligro que se corre si la Asamblea Nacional queda en manos
de la oposición venezolana.
Los
diputados revolucionarios no solo están para levantar la mano, el presidente
Nicolás Maduro y la dirigencia revolucionaria ha sido muy insistente en que
nuestros diputados están para defender al pueblo y por esa razón se incorporan
a las laboras de supervisar que los comercios mantengan precios justos para el
pueblo y se vinculan con las tareas productivas del país. En la nueva etapa que
tendrá el poder legislativo el presidente Maduro está trabajando para que por
lo menos el 50% de los candidatos a la Asamblea Nacional por parte del chavismo
sean menores de 30 años y mujeres, eso con el objetivo de tener una asamblea
con sangre muy joven y que puedan tener el impulso a trabajar todos los días
más por las causas al lado de la base política de la revolución.
La
batalla electoral de 2015 estará marcada por una baja bien fuerte en los
precios del barril del petróleo, esto significa que la situación económica del
país no será fácil. Pero la política de explicarle al pueblo la situación por
la que vamos a pasar y establecer con la población una conexión educativa y que
satisfaga las necesidades de información de la gente es un asunto que se
agradece como ningún otro.
Los
pueblos que han pasado por situaciones difíciles en el ámbito económico tenemos
el reto de mantener la unidad para poder salir victoriosos. Si es posible ganar
las elecciones parlamentarias a favor de la revolución mientras que podamos
estar al lado de la gente defendiéndola de la oposición mercantil y
especuladora, esa actitud de acompañamiento en medio de la crisis y de trabajar
para que cada quien pueda estar mejor todos los días es lo que va a determinar
quién es el triunfador de las elecciones parlamentarias.
Es
necesario entender que la política no es dinero, es política. Por esa razón es
que la oposición venezolana reparte argumentos contra la revolución y busca
como hacer que el dinero valga menos ¿Por qué no hacen lo contrario, porque no
reparten real y reparten argumentos a favor del proyecto capitalista? Sencillo,
porque eso no le da votos, más votos creen que conseguirán de la crisis que
están provocando. Por esa razón es que este año es para repartir ideas,
informar a tiempo y distribuir la riqueza de la nación con amplia honestidad
para que el pueblo nos acompañe y respalde en las parlamentarias, tal como nos
ha trazado el presidente Nicolás Maduro y la más alta dirigencia de la
revolución.
A toda
la militancia y la dirigencia política de la revolución, en todos sus niveles
de organización y combatividad nos toca preservar la Revolución Socialista
Bolivariana y la Patria de Bolívar y Chávez a costa de nuestros esfuerzos
personales y colectivos, en lealtad al presidente Nicolás Maduro y bajo su
conducción colectiva de la República. La militancia bolivariana se crece en las
dificultades y alcanza sus victorias al ritmo impuesto por el Comandante
Supremo Hugo Chávez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario