Nuestros
ojos son programados para que si alguna luz brille a nuestro alrededor,
inmediatamente eso tomará nuestra atención. Tal vez usted hasta recuerde cuando
iba al colegio, si un niño en la parte de atrás del aula hiciese ruido, su reacción
inmediatamente era de mirar para atrás y ver lo que sucedía. Nosotros somos
todos programados para funcionar de esa forma. Y hasta mismo cuando usted está
mirando adelante y una luz brilla en su ojo, inevitablemente usted prestará
atención en aquella luz.
Esto
es algo muy simple pero cierto, y casi siempre infalible. Compañías de
publicidad que se les pagan millones para anunciar los productos de sus
clientes, han sido expertos en capitalizar esta ciencia. Es por eso que en
cualquier lugar que usted va existen varios anuncios iluminados intentando
quitar su atención.
Todos
nosotros tenemos un objetivo de volvernos mejores seres humanos, pero las luces
nunca paran de brillar e intentar quitar nuestra atención. Las luces que le son
perjudiciales siempre intentan quitar sus ojos de su objetivo. Y toda vez que
usted quiere dejar para atrás las cosas que le afectan, las mismas siempre le
intentan llamar con luces diferentes.
Solo
existe un lugar en el que usted realmente debe siempre mantener sus ojos, que
es la Luz divina. Todas las otras luces son temporarias y solo están allí para
llevarle una falsa felicidad. Recuerde también que todos aquellos que sigues
las luces de este mundo, temprano o tarde estarán en la oscuridad, ya que las
luces de este mundo no duran para siempre.
Por
eso, nuestro Dios le guiará con Su luz hasta el final.
Dios
dejo en Su Palabra:
Pero
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su Luz admirable. 1 Pedro
2:9.
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