miércoles, 17 de diciembre de 2014

Memorias De Nuestros Pueblos: Hace 184 años Simón Bolívar se convirtió en un legado para América.

Tal día como hoy, hace 184 años falleció Simón Bolívar, a la edad de 47 años. Un  17 de diciembre de 1830, a la 01:03 de la tarde, la fatalidad llego hasta el Libertador de América, quien paso sus últimos días en la quinta San Pedro Alejandrino, ubicada en Santa Marta (Colombia).
Desde hace algunos años la muerte del Libertador a estado colmada de dudas, pues hay diversas versiones, la primera, la que nos han hecho saber y la que la historia cuenta, es que Bolívar murió de tuberculosis. Y otra de las hipótesis es que fusilado y/o envenado.

Su médico, el francés Próspero Reverend mencionó, en su diario personal, que el Libertador tenía “el cuerpo muy flaco y extenuado; el semblante dolorido y una inquietud de ánimo constante. La voz ronca, una tos profunda con esputos viciosos y de color verdoso”.
Mientras, que un estudio publicado por la Conferencia Anual de Patología Clínica Histórica (una reunión científica auspiciada por la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland) detalla que lo que verdaderamente aniquiló a Simón Bolívar fue un envenenamiento crónico por arsénico.
Según este informe Bolívar no fue por ingesta y exposición periódica a este letal elemento que, ya sido protagonista de otras muertes, como la de Napoleón o Jorge III de Inglaterra.

Exhumación de sus restos en 2010

El fallecido presidente de la República, Hugo Chávez, ordenó la exhumación del cadáver de Simón Bolívar, “Confieso que hemos llorado, hemos jurado. Les digo: tiene que ser Bolívar ese esqueleto glorioso, pues puede sentirse su llamarada”, así lo expresó Chávez, el viernes 16 de julio del presente año, a través de su cuenta en la red social Twitter @chavezcadanga.

Luego de esto, un equipo de 50 forenses y científicos de la Unidad Criminalística del Ministerio Público, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) y el Instituto de Estudios Avanzados (Idea),  trabajaron durante 19 horas, coordinados por el español José Antonio Lorente, médico forense y director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, quienes realizaron los exámenes y pruebas correspondientes, donde detectaron  que el Libertador “murió de un desequilibrio hidroelectrolítico”.
Los expertos no pudieron determinar si Bolívar murió de tuberculosis, debido a los tipos de procedimientos usados para conservar el cadáver, por tanto, los especialistas respetaron la orden del Presidente de no mutilar los restos de Bolívar, como normalmente se hace en este tipo de investigaciones.
En tal sentido, el entonces Vicepresidente de la República, Elías Jaua quien explicó que el estudio presentado no pudo establecer “que la muerte haya sido por causa no natural o por envenenamiento intencionalmente provocado”.

Nueva imagen de Bolívar

Otro resultado de la exhumación fue la reconstrucción facial de Bolívar, la cual dio como resultado una nueva imagen de su rostro, “gracias a una reconstrucción científica computarizada del rostro de Simón Bolívar, los venezolanos pueden ahora conocer el rostro del Libertador, hasta su color de piel”, dijo Chávez.

Seguir investigando

Asimismo, Hugo Chávez felicitó a los miembros de la comisión encargada de la exhumación de los restos de El Libertador Simón Bolívar, e instó a seguir investigando, pues a su opinión “si Bolívar hubiese estado grave de salud, ¿le iba a pedir el pueblo que asumiera el mando del Ejército? ¿Cómo se lo iban a pedir a un moribundo? (…) Yo creo que lo mataron, a Simón Bolívar, creo que lo asesinaron, lo digo y asumo mi humilde responsabilidad ante el pueblo y ante la historia”.
Igualmente, agregó que “hay temas pendientes que habrá que seguir investigando y buscando más datos de cómo fue que murió Bolívar (…) Estoy seguro que lo asesinaron, pero no tengo pruebas”.

La Carta

Por su parte, el escritor Jorge Mier Hoffman explica, a través de dos libros titulados “La Carta”, como Bolívar “poco antes de ser asesinado, exigió a sus verdugos el beneficio de una última voluntad, escribir una Carta de despedida a Fanny Duvillar, la amante de sus años mozos en París. Pero, bajo la forma de una carta de amor, el documento contiene cifrada la identificación de sus asesinos, de la conspiración en su contra, de cómo había sido traicionado y secuestrado, y, lo más asombroso, dónde está enterrado”.

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