martes, 25 de noviembre de 2014

Reflexiones Por Viviana Berroteran: Elías Un Hombre Desafiante

Meditando acerca de este hombre, Elías fue un hombre desafiante no por lo que hablaba solamente y si por lo que mostraba y lo más importante Quién lo respaldaba.
Elías fue un profeta de Dios que estaba en medio de un pueblo que se encontraba en medio de dos pensamientos; un pueblo que quería servir a dos señores, el cual no se podía o era de uno o era otro pero  no ambos.

Esos dos señores eran Dios y los dioses Baales, asera, u otros que existían en la época.
Elías era el único profeta de Dios que estaba enfrentando su fe delante de 450 profetas de Baales era una guerra de vida o muerte.
Fue entonces Elías y los convoco al Monte Carmelo y los desafió diciéndoles que el Dios que respondiera con fuego ese sería el verdadero Dios, los profetas de Baal aceptaron la propuesta y decidieron ofrecer un buey cada uno. Sin embargo Elías para demostrar al verdadero Dios quiso desafiar mas, y fue que en el altar donde estaba el buey de él para ser sacrificado le hecho 12 cantaron de agua para “complicar” que un fuego pueda arder en ese lugar. Pero bueno veremos qué fue lo que aconteció:
Comenzaron los profetas de Baal y clamaron por largas horas, se cortaban, brincaban, quedaban enronquecidos de tanto clamar, se sajaban con cuchillos hasta derramar sangre para llamara la atención de Baal y le decían: respóndenos!!!, pero nada aconteció.
Al pasar tantas horas Elías cansado de esperar por aquel dios extraño que no respondía (aunque sabía que eso nunca acontecería) decidió invocar a su Dios.  
Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
Respóndeme Dios, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Dios, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.
Entonces cayó fuego de Dios y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.
Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: !! El Señor es el Dios, El Señor es el Dios!.
En la actualidad muchos invocan a otros dioses por la sanidad, por la restauración, por la paz, por alguna cosa que tanto anhelan; pero a la verdad están pidiendo y clamando es a Baal, no al Dios verdadero. El Dios verdadero es Jesucristo de Nazaret el Hijo de Dios que no está en una cruz muerto ni enterrado sino que está vivo y con total disposición y poder para ayudar y salvar a todas aquellas personas que le invocan.

“Porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Deuteronomio 4:23-24

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