El Papa Francisco pidió el martes una Iglesia Católica que
no sea "consentida, egocéntrica y obsesionada con el poder y el
dinero", mientras se enfrenta a nuevos retos por las reformas financieras
en el Vaticano.
El pontífice argentino, reseña Reuters, habló durante un
viaje de un día a la Toscana, se vio envuelto recientemente en un escándalo por
la filtración de documentos que parecen mostrar la resistencia de la vieja
guardia vaticana a sus esfuerzos reformistas.
Francisco, quien se comprometió el domingo a seguir adelante
con las reformas, hizo un llamado en favor de un tipo diferente de Iglesia en
todo el mundo, en un discurso ante obispos italianos en su convención nacional,
celebrada cada diez años.
Como muchas iglesias católicas nacionales en Europa, la de
Italia es poderosa y rica, ha estado con frecuencia cerca de los poderes
políticos y ha sido acusada de buscar privilegios económicos.
“Dios salve a la Iglesia italiana de cualquier forma de
poder, imagen y dinero”, afirmó Francisco en la impresionante Basílica Catedral
Metropolitana de santa María del Fiore, cuya famosa cúpula fue diseñada por el
arquitecto renacentista Filipino Brunelleschi.
Francisco dijo que la Iglesia debe ser "inquieta, más
cerca siempre de los abandonados, los olvidados, los imperfectos".
"Prefiero una Iglesia magullada, dolorida y sucia
porque ha estado en las calles, en lugar de una Iglesia enferma por estar
confinada y aferrada a su propia seguridad", señaló, repitiendo la
temática de un manifiesto que hizo público varios meses después de su elección
en 2013.
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