Pasó sólo una semana de los atentados en París, y el
jihadismo volvió a provocar una masacre. Esta vez el responsable del horror no
fue Estado Islámico (EI), sino grupos vinculados a Al-Qaeda, que asaltaron un
lujoso hotel de Bamako, la capital de Mali, donde una toma de 170 rehenes
terminó con por lo menos27 muertos.
Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQIM por su sigla en inglés) y
Al-Morabitun -un grupo jihadista que se separó hace dos años de AQIM-
reivindicaron conjuntamente el ataque, en el que murieron también 13
terroristas.
El asalto de ayer al hotel Radisson Blu es el tercero contra
lugares concurridos por occidentales en Mali en tan sólo un año. Según sus
comunicados, el objetivo de los jihadistas es evitar la reciente estabilización
del país, una ex colonia francesa, que lleva años luchando contra rebeldes
islamistas.
Francia intervino militarmente en Mali en 2013 con el
objetivo de frenar el avance de rebeldes islamistas ligados a Al-Qaeda y que
desde 2012 gobernaban de facto el norte del país junto con separatistas tuareg.
No es descabellado pensar que este ataque podría estar
dirigido contra Francia, que hace tan sólo una semana sufrió el peor ataque
terrorista de su historia a manos de eI.
El asalto comenzó a primera hora de la mañana cuando al
menos 13 terroristas accedieron hasta la zona de seguridad del hotel en un auto
diplomático. Los atacantes abrieron fuego contra los vigilantes que se
encontraban en la puerta y luego lanzaron granadas.
Fuentes policiales dijeron que los jihadistas entraron en el
hotel al grito de "Allahu Akbar" (Dios es grande) y declararon que
todos los presentes estaban secuestrados: clientes, trabajadores y guardias del
hotel, de diversas nacionalidades, como paquistaníes, indios, senegaleses,
turcos, canadienses y alemanes, entre otros.
Rápidamente, la policía se trasladó al hotel y acordonó el
área, aunque los terroristas ya se encontraban en el interior. Luego, tanto
fuerzas de la misión de paz de las Naciones Unidas en el país (Minusma) como
gendarmes franceses se trasladaron al lugar para apoyar a las fuerzas de
seguridad locales.
Según el testimonio de un miembro del personal del hotel que
consiguió escapar, los secuestradores condujeron a los rehenes a la zona del
sótano, donde se encuentra una zona de estacionamiento y de almacenamiento. Por
lo menos12 cuerpos fueron encontrados allí y otros 15 en el segundo piso.
Según testigos, los islamistas liberaban sólo a aquellos
rehenes que sabían recitar el Corán. Entre los asaltantes había dos de tez
oscura que hablaban en inglés y árabe, lo que significa que no eran malienses y
que habían llegado de fuera del país.
Fuerzas especiales malienses liberaron a los rehenes piso
por piso. Algunas fuentes aseguran que los disparos en el interior del hotel
procedían de la séptima planta.
Los rehenes que pudieron ser evacuados tras la operación de
asalto fueron conducidos en ambulancias de la ONU a un pabellón de deportes
cercano para recibir los primeros auxilios; algunos de ellos abandonaban el
hotel ensangrentados y aparentemente en estado grave.
Por ahora no está clara la nacionalidad de los muertos. Sí
se sabe que murió un funcionario belga que trabajaba para el parlamento
regional.
El hotel Radisson Blu, que tiene 190 habitaciones, es el más
lujoso y seguro de la capital, y alberga por lo general a ejecutivos
occidentales, diplomáticos y al personal de Air France.
El ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, confirmó
el envío de más personal militar que ya se encuentra en camino para ayudar a
las autoridades malienses.
Además, el presidente francés, François Hollande, dijo que
su país no dejará de lado a su ex colonia: "Después de hablar con el
presidente, Ibrahim Boubacar Keïta, le he asegurado que Francia estará
disponible para aportar a las fuerzas de seguridad de su país elapoyo
necesario".
Durante el asalto, la embajada estadounidense y otras
representaciones occidentales llamaron a sus ciudadanos en Bamako a no salir a
la calle. El ministro de Defensa francés dijo que detrás del ataque podría
estar el terrorista argelino Mokhtar Belmokhtar, que comanda a los jihadistas
de Al-Morabitun.
Belmokhtar fue dado por muerto en varias ocasiones en el
pasado, pero una y otra vez vuelve a aparecer. Se le atribuyen numerosos
atentados y tomas de rehenes en el norte de África y Mali.
El de ayer fue el tercer ataque contra establecimientos al
que acuden occidentales. El primero fue en marzo, cuando un restaurante de
Bamako fue atacado por enmascarados con granadas y ametralladoras, que mataron
a cinco personas. El segundo ataque tuvo lugar en agosto, cuando jihadistas
tomaron un hotel en Mopti (norte del país) y, tras un largo asedio, siete
personas murieron.
Reuters
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